miércoles, abril 26, 2006

El más puro vacio.

Una terrible halitosis me inundaba la boca. Desde aquel día nada volvió a ser igual.
El fracaso, la agonia de lo inutil, la trerrible taquicardia, el rechinar de los dientes.
El ocio sin sentido de las horas me estaba aberrando. Algo en mi se retorcia a la altura del estomago, y yo, me retorcia tambíen.
Miro el reloj: tic, tac, tic, tac,...el tiempo a veces es fatídico, insulso.
Ya han pasado dos semanas, todo sigue igual.
Espero algo que me saque de este agujero irreal, que me de luz. Algo que llame a mi puerta.
Toc, toc.
Por fin.
Abro la puerta de mi cueva, sin miedo, nada puede ser peor que la nada pensante de mis horas.
Una sombra, una guadaña....
-Al fin vienes a por mi.
Un gesto rápido corta el tiempo.
Una sonrrisa estúpida, como la del último orgasmo de un anciano, acaricia mi faz.
Llevaba años esperando este momento. Y,al fin, la incosciencia total, el más puro vacío.

3 Comments:

At 11:02 a. m., Blogger Felideus said...

El relato no está nada mal y se lee mucho mejor con esta nueva plantilla. Sigue trabajando duro.

Besets :)

 
At 1:33 p. m., Blogger azorandoalaya said...

Muchas gracias, ahora con el words todo irá mejor.

 
At 11:51 a. m., Anonymous Anónimo said...

nada puede ser peor que la nada pensante de mis horas.que punto de frase!

 

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